Desde chico he sentido una especial afición por el Flamenco. Escuchaba, leía y estudiaba lo que se cruzaba por el camino. A partir de 1975, comencé a utilizar el diseño como método y herramienta para aprender a diferenciar los estilos. Unos tangos de un fandango, o una soleá de una siguiriya, para empezar. Escuchando a intervalos, intentaba plasmar mediante formas y colores algún rasgo o peculiaridad del estilo musical o alguna letra que había identificado como popular en versiones de varios cantaores.

El proyecto pasó por distintos avatares de atención y trabajo a lo largo de los años.

En el 2005 ya contaba con una buena muestra de recopilaciones sonoras y un número mucho mayor de archivos con dibujos y notas en papel y digitales sobre más de 60 estilos. Algunos casi definitivos, y otros en varias fases de estudio. El proceso de su clasificación me animó a realizar lo que se ha convertido en mi «Antología Gráfica del Flamenco» que acabé en 2012 y que incluye, finalmente, 81 Palos.

 También fue en el 2005 cuando comencé, al principio como «infiltrado», a tomar clases de cante para mirar desde «dentro» y recabar información y vivencias para pulir mis notas y las soluciones gráficas sobre los estilos del flamenco que ya había clasificado. Así fue como me «enganché» a cantar sus músicas y letras hasta el punto de haber llegado a ser un buen aficionado y un cantaor ocasional. La experiencia singular como cantaor y diseñador gráfico, aún siendo inusual, ha contribuido a que esta propuesta visual del flamenco se haya enriquecido y tornado en una expresión adicional de pasión flamenca.

 La Antología Gráfica de los Palos ha visto la luz pública en varios proyectos, todos bajo el titular de «Apuntes del Flamenco. Entre ellos, en 2013, un CD y DVD de producción propia, con 12 temas musicales y más de 1.500 dibujos originales, en los que también pongo voz y emoción acompañado por David Serva a la guitarra. Además, una carpeta con la edición limitada de 15 serigrafías y un libro casi listo para ir a imprenta.